17 de mayo de 2013

HISTORIA DEL ALCÁZAR



REAL ALCÁZAR DE SEVILLA
Lo primero es agradecer el excelente trabajo que han realizado los responsables de Sevilla en 360º que complementa perfectamente con sus imágenes el texto que se aporta para su descripción.   
HISTORIA:

El Real Alcázar de Sevilla es un gran legado que nos dejaron los árabes. Tras sus sucesivas modificaciones y ampliaciones, afortunadamente nos llega a nuestros días como una joya arquitectónica para el disfrute de todos. Es un gran conjunto monumental, se alza sobre restos arqueológicos del siglo V a.C., su construcción se inicia en pleno dominio musulmán, en el año 913. Como consecuencia de las distintas etapas que la ciudad ha vivido, se han añadido los distintos estilos artísticos que imperaban en cada momento, podemos admirar estilos propios de Taifa, Califal, Gótico, Mudéjar, Renacentista, Barroco, Manierista y por último el Neoclásico. A pesar de la mezcolanza de tantos estilos, la conjunción de este multiculturalismo goza de una gran armonía. Se podría decir que es un monumental museo de la cerámica, destacando los artesanos, cómo el ceramista italiano Niculoso Pisano* o el navarro Cristóbal de Augusta.
En la actualidad es el Alcázar más antiguo de los que existen en Europa que aún mantiene el principio para el que fue construido, que fuera residencia del Monarca en cada momento. En la actualidad además de esta función también sirve para dar alojamiento a los Jefes de Estado extranjeros que visitan nuestra ciudad. Muchos de los hechos históricos que se han sucedido en España, se han gestado tras estos muros.
La grandiosidad del Alcázar es que no es solo un monumento, es un conjunto de edificios propios de las distintas culturas que los han habitado y que han dejado su propia huella, ya sea en la arquitectura o en sus atractivos jardines.
Su construcción se inicia en el reinado del primer califa omeya de Córdoba, Abd al Rahman III, en el año 913, como ya se comentó con anterioridad, el lugar escogido era principalmente porque el puerto estaba situado en lo que hoy es la plaza del Triunfo, posteriormente con la desintegración del Califato en el siglo XI, ya con los reinos de Taifas, el segundo rey Al Mutamid, fijaría su residencia en el Alcázar para lo cual manda construir su propio palacio, al que llamaría Al Mubarak, se accedía a través del arco de la actual calle Miguel Mañara, convirtiéndose en la sede oficial de su reinado y centro de la vida social y literaria de la ciudad, mas tarde serían los almohades, en el siglo XII, los que completarían la edificación con la Casa de Contratación, en la que aún quedan restos de la época y el Jardín del Crucero, además del Palacio de Yeso.
Con la toma de la ciudad por el Rey Fernando III de Castilla, el Alcázar toma especial relevancia al declararlo sede de la Corte con la consiguiente ampliación de las estancias, siendo Alfonso X el que construiría el Palacio Gótico al que incorpora el Patio del Crucero
En el siglo XIV, en 1.340, Alfonso XI construye la Sala de Justicia, ricamente decorada con adornos de leones y escudos de castillos, a los que añade un estilo mudéjar al conjunto con las yeserías. Posteriormente su hijo Pedro I le sucede y construiría el Palacio Mudéjar de 2.550 metros cuadrados y sobre el primitivo Alcázar Nuevo de Al Mutamid construye el actual Salón de Embajadores.
El primer palacio lo mandó construir Abd al Rahman III en el siglo X y fue llamado Dar-al-Imara o Casa del Gobernador. De este palacio nos quedan los lienzos de murallas que rodean al Patio de Banderas. Por la calle Joaquín Romero Murube podemos ver un arco cegado, que era la entrada al antiguo palacio. De la etapa almohade quedan el Patio del Yeso y un trozo de muralla. La ornamentación que presenta sirvió de inspiración a la posterior arquitectura nazarí utilizada en la Alhambra de Granada.
El Palacio del Rey Pedro I es el ejemplo civil más importante del estilo mudéjar. Este rey sentía una predilección especial por Sevilla y la escogió como capital de su reino. Era muy aficionado a las artes y costumbres islámicas por eso escogió este estilo arquitectónico. Su construcción se inició en 1364 y en ella participaron artesanos sevillanos, de Toledo y de Granada. Este palacio tenía una planta baja, y solo dos estancias en la parte superior.
La utilización como residencia real ha dado lugar a diversas restauraciones y ampliaciones en la planta alta. En este palacio podemos ver bellos salones y patios, cómo el Patio de las Doncellas, Patio de las Muñecas, Salón de Doña María de Padilla, Salón de Embajadores, siendo este la pieza más importante del palacio, hay que destacar sus puertas de 1366, la cúpula realizada en 1427 y la riquísima decoración de yeserías, así cómo la impresionante azulejería de sus muros.
El Palacio Gótico fue mandado construir por Alfonso X el Sabio sobre un antiguo palacio almohade. En este palacio podemos ver el Salón de Tapices y los Salones de Carlos V. Fue modificado por las obras realizadas en el siglo XVIII a raíz del terremoto de Lisboa acaecido en 1755.
En estilo Renacentista, la Casa de la Contratación o Cuarto del Almirante, organismo creado por los Reyes Católicos en 1503 tras el Descubrimiento de América, convirtiendo a la ciudad en el primer puerto de Europa al concederle el monopolio del comercio con aquellas tierras. Aquí también se prepararon importantes expediciones como la primera vuelta al mundo. En la capilla podemos ver la Virgen de los Mareantes, obra de Alejo Fernández. Es la primera representación que se hizo en Europa sobre el Descubrimiento de América. Los jardines del Alcázar de bella factura, las influencias mudéjares, renacentistas y barrocas han configurado unos jardines de gran valor histórico y de gran belleza, reflejando los diferentes estilos de jardinería que se desarrollaban en cada época. A lo largo del tiempo estos jardines se han enriquecido con plantas exóticas procedentes de todos los rincones del planeta; en la actualidad se catalogan más de 170 especies en sus 60.000 m2 de superficie. La salida del Alcázar se realiza por el Apeadero, amplio zaguán que lleva al Patio de Banderas.
En 1987 el conjunto monumental fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO junto con la Catedral y el Archivo de Indias.
Los dos personajes que siguen a continuación, Vermondo Resta, arquitecto y maestro mayor del Alcázar y el ceramista Niculoso Pisano tuvieron mucho que ver en lo que hoy nos presenta este conjunto de Palacios.
VERMONDO RESTA
Nació en Milán en 1555 llegando a Sevilla en el último cuarto del siglo XVI, aquí contrajo matrimonio con Ana de Ojeda, vinculado al principio al arzobispo don Rodrigo de Castro, se le ofrece los primeros encargos, realiza los diseños de los hospitales del Espíritu Santo y del Amor de Dios, al frente de cuyas obras permanece hasta el año 1602. Una de sus obras destacadas es la iglesia y algunas de las salas del Convento de San José. Hacia 1585 se le nombra maestro mayor del Arzobispado, realizando una gran labor en muchos de los edificios religiosos hispalenses.
Como Maestro Mayor del arzobispado hispalense se hizo cargo de numerosas iglesias, para las que trazó sacristías, retablos, torres y portadas. Entre otras, se le relaciona con las sencillas portadas de la iglesia de Galaroza, la torre de la parroquial de Zalamea, las sacristías de la Iglesia de San Pedro de Sevilla y de Santa María de Zufre, y distintas obras en las iglesias de Aroche, Cortegana y Aracena.
También diseña la colegiata de Olivares, donde destacan sus columnas pareadas sobre las que descargan arcos de medio punto dividiendo el interior en tres naves. Asimismo debió intervenir en la reforma del Palacio Arzobispal de Sevilla, donde se le atribuyen los dos patios y las salas contiguas.
Tras el fallecimiento de Lorenzo de Oviedo le nombran maestro mayor del Alcázar, cargo que ejerció hasta su fallecimiento el 25 de diciembre de 1625. En este recinto realiza sus mejores trabajos, el Apeadero con su portada, la Galería de Grutescos, algunas remodelaciones interiores en los Palacios, también intervino en la adaptación de determinados jardines, etc. Vermondo Resta fue el arquitecto más importante de Sevilla desde finales del siglo XVI  hasta su fallecimiento.
NICULOSO PISANO
Es un artista italiano, posiblemente de Pisano, ceramista de reconocido prestigio, nacido en la segunda mitad del siglo XV, su llegada a Sevilla se desconoce aunque pudiera haber sido finalizando el siglo y seguramente fuera Triana el lugar en el que se asentó, no en vano es en ese barrio donde se desarrolló toda la actividad alfarera hasta nuestros tiempos. Se casa en 1498 con Leonor Ruiz. Su llegada a nuestra ciudad quizás se debiera como la tantos otros artistas, el auge económico que supuso para la ciudad el Descubrimiento de América.
Fue todo un innovador en su técnica para el tratamiento de la cerámica, consistía en colocar los azulejos como un lienzo cerámico y pintar el conjunto en su totalidad y no pieza a pieza.
Su primera obra documentada es una lauda sepulcral en la Iglesia de Santa Ana, parroquia trianera, de Iñigo López que hiciera en 1503. Un año después realiza otra obra para el Monasterio de Santa Paula su magnifica Portada, los azulejos para la silla del Arzobispo o los del Cimborrio de la Catedral, estos dos últimos desgraciadamente han desaparecido, en el Museo de BBAA se conservan algunos fragmentos de sus obras cerámicas. Tras el fallecimiento de su primera esposa se casa con Elena del Villar en 1508, ese mismo año nacería su hijo Juan Bautista, para darnos cuenta de la importancia que el artista fue cosechando, los padrinos del niño eran de alta cuna. Su segundo hijo nacería tres años después, siendo igualmente apadrinado por personajes importantes de la corte sevillana.
Su producción cerámica fue en aumento ya que su fama se fue extendiendo, recibió encargos de los lugares mas apartados de su lugar de residencia, cómo Badajoz, Valencia o Ávila.
Parece que la decoración de grutescos fue introducida por él, así cómo el azulejo de superficie plana o la técnica para el policromado del azulejo, que asumió el otro centro ceramista de España, Talavera de la Reina. El Alcázar no podía ser ajeno a la pujanza de este artista y le pide realizar algunas obras, como el Oratorio de los Reyes Católicos, o el Retablo de la Coronación de la Virgen o el zócalo del Salón de Carlos V, entre otras.



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